jueves, 26 de agosto de 2010

El violinista de la 418

Bajo los rosados algodones que nos cubrían
se denotaba la paradoja del atardecer
rostros cansados, ojerosos y claro, ya es Jueves.

Nunca había visto (o mejor dicho , oído) algo así
Se subieron músicos para animar este insípido viaje
y entre ellos destaca un dulce sonido, era un violín.
Eso logró abstraerme de lo que me había impulsado hace un rato a escribir.
Eso me hizo olvidar por unos minutos lo rutinario y aburrido que me parecía ese viaje en un comienzo.

Ahora, hasta mi estado de ánimo era diferente, parece que ya no me siento tan agotada
y tengo incluso ganas de bailar.



No hay comentarios:

Publicar un comentario